…era un cursi, un ridículo,
que hacía que mi inevitable corazón de mujer,
se bajara a mi estómago
y creara la música para el revoloteado baile de mariposas.
Sí, me encantaba.
que hacía que mi inevitable corazón de mujer,
se bajara a mi estómago
y creara la música para el revoloteado baile de mariposas.
Sí, me encantaba.
T. Faerron
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